martes, 22 de abril de 2008

Habrá presidente del partido amarillo en dos semanas

Lo malo es que seguramente ya no habrá partido que dirigir.

Todos los partidos políticos tienen corrientes internas, que si unos piensan así y otros de otra forma, cada uno jala para su molino, pero a la hora de la verdad suele haber unidad y se cubren unos a otros "cerrando filas" en el orden de conservar lo primordial que es el negocio... perdón, la ideología común del partido.

El PRD desde casi siempre ha estado amalgamado de distinta manera, y su mayor pecado es original: fundado por expriístas, exluchadores sociales de armas tomar y muchos oportunistas. Toda esta fauna, al igual que las de todos los demás partidos pues piensa de manera diferente, todos quieren llevarse la tajada más grande del pastel, pero no reconocen una derrota o a un oponente más fuerte y recurren a métodos que son todo menos democráticos o leales, ¡Vaya! ni siquiera políticamente correctos.

Una probadita de todo esto es lo que ha sucedido ahora con la elección para presidente del partido. Para empezar los dos aspirantes se tiraron tantas descalificaciones, que al final un votante común tenía cientos de razones para no votar por ninguno de los dos. Durante la jornada electoral se presentaron tantas anomalías que llegó a verse hasta burdo el proceso, ya no hablemos de lo manchado y poco confiable, las mapachadas en las que incurrieron ambos contendientes harían que los priístas más jurásicos se sonrojaran. Nunca había visto una jornada electoral más sucia en México, una verdadera vergüenza.

Demostró el PRD en general que es un candil de la calle y total oscuridad en casa en el aspecto democrático, se mordió su lengua con su propio veneno y ahora está intoxicado y herido de muerte. Muchos son los mexicanos que creían en el partido y ahora les ha quedado claro que clase de engendros políticos controlan ese cochinero, a partir de este momento se han quedado solo con sus incondicionales, con los fanáticos que siguen a Obrador en todas sus locas "campañas patriotas", que por supuesto son minoría contra la gran cantidad de ciudadanos que no se identifican con ningún partido en especial (me incluyo ahí).

El trienio de 2003 a 2006 fue sin duda la cúspide de este partido, estubo a nada de llegar al poder ejecutivo federal, pero por desgracia su incomprensión, frustración e incapacidad política no les permitió aprovechar las circunstancias para fortalecerse, sino que se autodestruyeron al echarse encima a toda la sociedad mexicana y calificar a todo aquel que osara cuestionarlos como "traidor a la patria", "vendido" o ya de plano "estúpido que no lee y solo ve TV" (como si ellos si leyeran). Las fracturas internas, sus constantes escándalos políticos, y sobre todo su facilidad para cometer fraticidios políticamente hablando terminaron por ser la constante en un cada vez más disperso partido.

Llegaba un momento clave en la historia del partido ahora con su elección interna de Presidente Nacional, pero los intereses grupales pudieron más que cualquier razonamiento o entendimiento de que solo como grupo unido tendrían posibilidad de disputar algo importante en las próximas elecciones federales. Ahora hablan de reestructurar todo, de separarse en dos partidos o de refundar el partido. Creo que la suerte esta echada para el PRD: perderán terreno político gradualmente puesto que ya nadie cree en ellos (ni siquiera ellos mismos), y su histórica como inherente incapacidad para aprender de los fracasos los hundirá cada vez más.

En mayo el PRD tendrá nuevo presidente nacional de partido, lo que ya no habrá es partido que dirigir. Felicidades a Andrés Manuel, Encinas, Bejarano, Chuchito "El bolseado", Cárdenas y demás fauna silvestre, por siempre silvestre.

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